Es un proceso fascinante que infunde vitalidad y bienaventuranza en lo más profundo de nuestro ser. Es como una expresión musical, una canción interna, una melodía que toca el centro de nuestro corazón y las profundidades del alma, nos da tranquilidad e incrementa nuestra fe y nuestra confianza en Dios.
El mantra personal es dado a cada persona en particular, de acuerdo a su naturaleza y necesidades. El Maestro Espiritual es el representante de la verdad absoluta y constantemente otorga la misericordia Divina y a través del mantra activa ese sonido interno, esa vibración espiritual que no es parte ni es igual, ni esta sujeta a los caóticos sonidos de este mundo. No es un sonido físico, ni mundano, tanto que no se puede identificar con ningún aspecto de la creación material.
